Me llamo María Dolores y escribo como madre de dos hijos y también lo hago en nombre de mi marido.
La elección de un colegio es una decisión muy personal y es de respetar sea cual sea la opción de cada una de las familias. Por ello desde nuestra libertad y capacidad para actuar y decidir conforme a nuestras convicciones hemos optado por la enseñanza en un colegio concertado, concretamente “El colegio Diocesano de las Viñas”.
¿Por qué?
Porque entendemos que la educación no consiste en llenar un cántaro, sino en encender un fuego. Un fuego que avive en nuestros hijos:
– El Respeto, tanto a sí mismos como a los demás, para que puedan participar en la sociedad, desde una convivencia cordial.
– La alegría que les ayude a la superación de obstáculos y dificultades, así como a compartir los logros y éxitos de los demás.
– La Generosidad para hacer algo desinteresado y con alegría por los demás.
– La Responsabilidad, asumiendo las consecuencias de los propios actos, no sólo ante sí, sino ante los demás.
– La autoestima, cómo sentimiento de autoconfianza de nuestra valía personal y nuestras capacidades.
– La disciplina, la justicia, la libertad, la igualdad,…
En definitiva todo aquello, que ayude a nuestros hijos a enfrentarse a la vida con confianza y optimismo.
Y desde luego, nos hemos decidido por una enseñanza de calidad, una enseñanza individualizada dónde se involucra al alumno, facilitando su aprendizaje, y haciendo germinar un deseo de aprender. Porque entendemos que desde la educación se logra la libertad en su sentido más amplio.
María Dolores Camacho