En el curso de un desayuno informativo organizado por el ‘Heraldo de Aragón’ en Zaragoza, Pedro Sánchez ha señalado que no hacía esta afirmación desde la complacencia, sino desde la convicción de que “las reformas que necesitamos, no van a venir de un Gobierno, un Partido Popular y un Presidente cada día más encerrado, más asediado por la corrupción y más ensimismado”. Como “tampoco vendrán de Podemos, que no ofrece más proyecto que lanzarnos unos contra otros”, y que “no reconoce los aciertos pasados, ni acierta a presentar propuestas de futuro”.
Además, porque “el PSOE siempre ha sido el gran partido del cambio responsable”, y porque hoy tenemos “un liderazgo renovado” dispuesto a hacer frente a un triple desafío: renovación política, compromiso social y alternativa económica.
Reforma constitucional
También ha defendido Pedro Sánchez la propuesta de reforma constitucional que ayer mismo concretaron los dirigentes socialistas reunidos en el Consejo de Política Federal -y quedo plasmada en la Declaración de Zaragoza-, porque como explicó el secretario general “defender la Constitución hoy, es defender su reforma” y “actualizarla, la mejor manera de preservarla”.
Pedro Sánchez ha lamentado que en el PP “confundan estabilidad y fortaleza con inmovilismo” cuando “se oponen” y “siembran el temor” ante esta iniciativa política; recordando además que “son curiosamente quienes menos entusiasmo mostraron en su aprobación”.
El líder del PSOE señaló que Francia ha reformado su Constitución en veinticuatro ocasiones; Alemania más de sesenta; Portugal siete veces desde 1976, y que nuestra constitución solo ha sido reformada dos veces y a iniciativa del exterior. “Que miren alrededor y verán que nuestro país ha cambiado mucho en estos 36 años. Que entonces no estábamos en la Unión Europea, ni éramos una sociedad digital, ni nuestra economía estaba globalizada”, afirmó.
Pedro Sánchez explicó que la propuesta socialista plantea modificar la Constitución en dos líneas principales. Se trataría, por un lado, de incorporar mecanismos que garanticen el Estado del Bienestar y la protección de derechos; introduciendo en nuestra Carta Magna el principio de estabilidad social, de manera que se asegure un nivel mínimo de inversión en los servicios públicos básicos (educación, sanidad, servicios sociales y pensiones).
Y, por otro lado, reformar la estructura territorial del Estado en un sentido federal, que es la evolución natural del Estado Autonómico, con cuatro objetivos básicos: clarificar competencias entre el Estado y las CCAA; constitucionalizar los principios de suficiencia, corresponsabilidad, igualdad de derechos, y solidaridad interterritorial en el sistema de financiación autonómica, para dotar definitivamente a las CCAA de los recursos necesarios para ejercer sus competencias; hacer del Senado una auténtica Cámara territorial, y reconocer los hechos diferenciales.
