En el municipio de Tormón hay preocupación por el mal estado de su iglesia parroquial, y se quejan de que un año tras otro su reparación se ve apeada del programa que anualmente realizan la Diputación Provincial, la diócesis e Ibercaja para arreglar templos en mal estado, a pesar de las reiteradas solicitudes realizadas al respecto.
“Nosotros, por activa y por pasiva, y con la participación de nuestro alcalde hemos acudido año tras año a diversas administraciones de Teruel y, hasta la fecha, buenas palabras y nada más”, afirma un portavoz del municipio, a través de la asociación cultural de Tormón. El último paso fue, a instancias del obispado, enviar un escrito al ecónomo de la Catedral junto a dos docenas de fotografías en las que se recogen los desperfectos que sufre la iglesia en escaleras, campanario, paredes, suelos etc., sin resultado. “Aún estamos esperando la respuesta”.
Recientemente, se reparó un ala del tejado que costó 6.250 euros, importe que el pueblo remitió al Obispado. El dinero fue conseguido gracias a un sacerdote natural del pueblo, pero que ejerce en Huesca, don Fabriciano, y los restantes 250 euros a través de un vecino, Ruperto, que lo recaudó con unas fotos que hizo de las fiestas patronales. Esta persona es autora de otras iniciativas, como la creación de un árbol genealógico de la localidad. “El obispado, ni un céntimo Hacemos saber que este dinero era para la restauración del templo y no para lo que se hizo, unas goteras en el tejado”.
La asociación insiste en el riesgo que supone para la integridad física de las personas el mal estado de la parroquia; en este sentido señala que en una ocasión, un forastero invitado por un vecino, al bajar el último escalón del acceso al campanario sufrió una caída en la que se dañó un pie. Pero la iglesia sigue igual y los vecinos esperan una solución que no llega.
