Este año Manos Unidas lanza su campaña “Plántale cara al hambre: siembra”, una campaña, que como las anteriores se centra en la lucha contra el hambre, pero yendo más allá, puesto que se centra en la importancia de las labores del campo. En esta ocasión no centra el foco sólo en los países en vías de desarrollo sino también aquí, donde incide en gestos cotidianos como el consumo responsable, fijarnos en las semillas y el esfuerzo del campesino.
El cambio climático ya está aquí y afecta más a los más pobres, por su dependencia de las cosechas, por eso también invita a concienciarnos sobre nuestros gestos cotidianos que de alguna manera afectan al alza de precios, como el desperdicio de comida.
Por esa cuestión, la delegación de Teruel, se ha fijado en un proyecto en Mozambique para financiarlo este año. Se trata de un centro de capacitación agraria que va a ayudar a la inserción laboral y social de 120 personas que van a aprender a sembrar y cuidar los animales para poder alimentar a esa población de una manera sostenible y digna. Si nuestro lema dice “siembra” queremos que más personas sean capaces de sembrar, de una manera física y, también, la ONG siembra capacidades para apoyar la soberanía alimentaria que favorezca a su vez la seguridad alimentaria, es decir pueblos que deciden sobre su producción de alimentos y los aseguran para su población sin ingerencias de los mercados internacionales.
Para informar sobre las acciones que se van a llevar a cabo y conocer más de cerca el proyecto que se va a financiar, Manos Unidas ha instalado unas mesas de sensibilización en la plaza del Torico por la mañana el jueves de esta semana.
Esto es sólo un anticipo antes de la “Cena del hambre” que este año tiene como novedad que se va a celebrar en el Claustro del Obispado de Teruel. La cita es el viernes 12 de febrero a partir de las 19,30 horas. También se hará la presentación de la Campaña y del Cartel que representa un plato blanco vacío, que nos recuerda la comida de vanguardia. Esta imagen impactante, se complementa con una cuchara, que en lugar de alimentos tiene tierra de la que nace una plantita, porque no hay alimento sin siembra y atención delicada. Es por ello, que la imagen nos lleva hacia el respeto al planeta, hacia lo que comemos y la manera en la que se produce. Sin perder de vista ese sentido figurado también de sembrar la inquietud, el interés, las capacidades, la solidaridad… tantas emociones que pueden ser beneficiosas para conocer mejor la realidad que nos rodea y ser más sostenibles en nuestras actitudes.
Manos Unidas quiere acercarnos la realidad de los pueblos a los que se apoya, por este motivo nos visita el misionero Jesús Zubiría que ha estado en Mozambique y Uganda. Es una buena oportunidad para tener una idea más aproximada de lo que va a representar la construcción de un centro de capacitación agraria para las personas más pobres de este país.
El menú de la cena del Hambre será:
Pan de trigo de la Concordia sembrado con justicia
Aceite de olivas cultivado con atención y cariño
Agua natural del manantial de la alegría
Y Mandarina con su zumo fresco de ilusión.
