El Museo Salvador Victoria acogerá hasta el 29 de enero, una exposición de veinte trabajos de Francisco Farreras seleccionados por el comisario de la muestra Javier Martín para reflejar la evolución de este artista catalán. La inauguración se realizará el próximo sábado a las 20 horas con un coloquio en el que intervendrán la viuda de Salvador Victoria y gestora del legado del pintor de Rubielos de Mora, Marie Claire Decay, el director del centro Ricardo García Prats, el experto en arte Alfonso de la Torre, el comisario Javier Martín, y el propio artista.
Las obras de Francisco Farreras (Barcelona, 1927) forman parte de la colección «Ars Citerior», y según indica su director y conservador Javier Martín, son un ejemplo de dos de las características del pintor, la proporción y la contención en la ejecución de sus trabajos. Las veinte piezas recorren la trayectoria de uno de los principales protagonistas de siete décadas de la pintura en nuestro país. En ellas podemos distinguir las diferentes etapas de sus relieves: los contrastes entre zonas claras y oscuras de mediados de los noventa, sus azules y blancos de comienzos de dos mil, sus posteriores maderas en tonos tostados, donde los relieves son más planos, o las obras creadas en el año dos mil diez, cuando construye composiciones más limpias, desnudas, con una clara influencia oriental. En los tres últimos años ha realizado una serie de formato reducido en un intento de mayor simplificación y donde un par de elementos son suficientes para dar expresividad estética a cada una de las composiciones.
Como explica Javier Martín en el catálogo de la muestra «Cada pieza de esta exposición va unida a una conversación, a un encuentro entre el pintor y el coleccionista, ávido de comprender y conocer no solo la obra si no al ejecutor de la misma». Son relieves en madera, collages o técnicas mixtas elaborados con numerosos materiales, muchos de ellos sobrantes de otras producciones, que Francisco Farreras rescata de su destino para convertirlos en elementos fundamentales de sus piezas de pequeño y mediano formato. Así, cuerdas, maderas, telas o papeles saltan a los lienzos que el artista tiene en la planta más baja de su casa, con salida al jardín, donde se encuentra su estudio-taller. Javier Martín, tras visitarlo en diversas ocasiones, describe este espacio: «Digo taller porque desde que en 1987 comenzó sus “relieves de maderas”, numerosos materiales y herramientas son necesarios para transformar unos cartones, unas tablas y unas cuerdas en una composición ordenada, donde la proporción y la contención crean el perfecto equilibrio».
Francisco Farreras, a quien le unió una gran amistad con Salvador Victoria, llegó a esta etapa tras la experiencia de los “coudrages”, donde trabajó con maderas y telas cosidas, que le daban a las obras un volumen que hasta entonces no existía como realidad palpable. Para la exposición en el Museo rubielano, características de esa fase creativa Javier Martín ha seleccionado dos piezas de pequeño formato, un collage de 1975 y un coudrage de 1985, que sirven para comprender esos dos grandes pasos que tuvo que realizar Farreras para que sus obras no quedaran ancladas a dos dimensiones: «La obra de Francisco Farreras está llena de tensiones y fuerzas, como si cada pieza de madera buscara su propio espacio para encontrar la estabilidad y el reposo definitivo. Efectos que se ven acentuados con la iluminación vertical, un baño de luz que deja salir las diferentes tonalidades que se encuentran escondidas en la superficie. Tan importante es el modo de iluminarlas que siempre deja escrito en la trasera el modo de hacerlo, y solo siguiendo esta recomendación sus composiciones alcanzan la máxima expresión plástica», explica Martín.
Esta muestra temporal, la número 38 del Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora (Teruel), puede visitarse los sábados en horario de 11 a 14 horas y de 16.30 a 19.30 horas, y los domingos, de 11 a 14 horas, hasta el 29 de enero.
