Hasta la fecha, 4.211 personas han visitado la muestra centrada en la huella que deja la inmigración en los centros de alojamiento y reclusión
El enorme respaldo de visitantes que ha recibido la muestra “À tous les clandestins” ha propiciado que el Museo de Teruel haya ampliado en un mes la estancia de la exposición en sus instalaciones. Una propuesta cultural que abrió sus puertas el pasado 17 de noviembre y por la que han pasado hasta este jueves un total de 4.211 personas, que han valorado muy positivamente el trabajo desarrollado por sus autoras, Patricia Gómez y María Jesús González.
Las ganadoras de una de las cuatro Becas Endesa del año 2013 iniciaron hace catorce años el trabajo que ha dado lugar a la exposición presente en el centro expositivo de la capital turolense. En ella han materializado una línea de investigación sobre la recuperación de diferentes lugares marcados por el paso del tiempo y el abandono, centrados en la documentación y captura de los rastros y huellas impresas sobre los muros de lugares de reclusión y privación de libertad, con el claro propósito de rescatar y explicar, por medio de la estampación mural, la fotografía y el vídeo, las huellas escritas que los hombres y mujeres en tránsito fueron dejando a su paso y ser así un homenaje a su memoria.
En este proyecto se aborda el fenómeno contemporáneo de las migraciones, enfocándose en la ruta que parte desde las costas occidentales africanas a Canarias, una de más significativas e intensas durante los últimos años, y que en la actualidad se encuentra prácticamente desactivada, pero cuyas huellas es posible rastrear a través de los testimonios escritos que muchas personas migrantes dejaron sobre las paredes de los lugares donde permanecieron retenidas. Su punto de partida es una serie de artículos periodísticos e informes de organizaciones humanitarias publicados entre 2004-2010 que hablaban de la multitud de mensajes y dibujos dejados sobre los muros de algunos centros de internamiento, como “El Matorral” en Fuerteventura y el de Nouadhibou (Mauritania), y que hacían alusión, sobretodo, a la experiencia del viaje, sus motivaciones y anhelos.
Estos dos centros en concreto, que se corresponden con los principales puntos de salida y de llegada de la ruta, fueron habilitados, junto a muchos otros, en 2006 durante la llamada “crisis de los cayucos”, debido al creciente flujo migratorio que desde las costas mauritanas llegaba a Canarias, pero en la actualidad se encuentran cerrados y vacíos, aunque se mantienen custodiados.
El diputado delegado del Museo de Teruel, Juan Carlos Gracia Suso, ha recalcado que la exposición “ha superado todas nuestras expectativas”. Han sido rebasadas, según sus
palabras, “desde el punto de vista de afluencia, que es muy destacado en comparación
con otras exposiciones temporales similares que hemos albergado, y porque esta propuesta diferente e innovadora, capaz de explicar desde otra perspectiva un fenómeno de gran actualidad, ha contado con una valoración muy alta por parte de los visitantes”.
Tal y como indicó el día de su presentación y ha recordado ahora “el arte es una manera muy interesante de conocer mejor el mundo que nos rodea” y el ejemplo que ha supuesto la exposición “À tous les clandestins” va a propiciar “que busquemos otras propuestas culturales similares que nos permitan entender mejor el mundo en el que vivimos y aquellos rasgos más característicos de la realidad en la que actualmente nos encontramos”, ha recalcado Gracia Suso.
