Uno de los mayores suplicios que padecen los padres de una familia con hijos, es enfrentarse a las tareas escolares después de una jornada laboral agotadora.
Y en vez de ponerse cómodos y tomarse un merecido descanso, tienen que volver a estudiar inglés, o matemáticas y ponerse a intercambiar WhatsApps con otros padres, enfangados en la misma labor. Hay martirios mucho más llevaderos.
Así puede comprenderse, hasta cierto punto, la reciente huelga, destinada a suprimir los deberes. Sin deberes, sin reválidas y sin exámenes. Jauja.
Tal vez, en el término medio está la virtud y se deban contemplar las tareas escolares como una forma de asentar lo aprendido en clase y de preparar lo siguiente. Así se va “aprendiendo a estudiar”de cara a la Universidad etc..
La vida es dura y nos somete a evaluaciones cada día en nuestro trabajo, por lo que creo que suprimir el esfuerzo, es una forma de ocultar el mundo real a nuestros hijos. Hay que irse preparando.
Por tanto, no tiene sentido la injerencia de los padres en la responsabilidad de los hijos y es que muchos padres caemos en la sobreprotección.
Los centros escolares se quejan de la falta de implicación de los padres en el colegio, pero los principales formadores de los hijos, deberían recibir igualmente formación, para evitar cualquier exceso, que va siempre en perjuicio, no lo olvidemos, del futuro de nuestros hijos.
Maria Pilar Sánchez Cortés
Coordinadora Foro de la Familia (Teruel)
Presidenta de Concapa Teruel
